Producción de quinua para la exportación crea una floreciente burguesía agraria en el Altiplano sur
En el estudio “Propiedad colectiva de la
tierra y producción agrícola capitalista: el caso de la quinua en el
Altiplano sur de Bolivia”, recién publicado, el Centro de Estudios para
el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) analiza desde esa perspectiva
las implicaciones del actual boom de la producción de quinua que se
observa en esta región del país.
Esta investigación indaga acerca de las transformaciones sociales que se están operando en las comunidades de esta región como consecuencia de los cambios en las formas y relaciones de producción en el cultivo de la quinua. Se remarca que debido a que la quinua era fundamentalmente un cultivo para el autoconsumo localizado en las partes bajas de las laderas, su forma de producción no había sufrido cambios sustanciales en siglos. A partir de una cada vez mayor orientación de este cultivo al mercado y su localización en áreas planas o de pampa, se advierte un alto grado de mecanización de la producción y la introducción del trabajo asalariado.
En este sentido, dos fenómenos socioeconómicos son resaltados por este estudio: las comunidades del Altiplano sur ya no son más aquellas donde la producción de quinua destinada al autoconsumo era producida por campesinos con formas manuales y bajo el sistema comunal de mantos o aynoqas. Hoy, a partir de una apropiación individual indiscriminada de tierras comunales que antes se destinaban al pastoreo de ganado ovino y camélido, la mayor parte de la producción de quinua tiene un alto grado de mecanización y es realizada por obreros agrícolas contratados por pequeños, medianos y grandes productores capitalistas.
Este proceso, indica el documento, “hecha por la borda los planteamientos tan en boga en el país respecto a que la propiedad colectiva de la tierra, a pesar del predominio de la economía capitalista en Bolivia, sería el anillo de seguridad que impediría la mercantilización de la tierra y de la vida económica y social de quienes habitan en estas formas de propiedad de la tierra”.
Por otro lado, los autores de esta publicación, Enrique Ormachea y Nilton Ramirez, sostienen que “El desarrollo de la producción capitalista en el cultivo de la quinua en las tierras de propiedad colectiva del Altiplano sur, también hecha por la borda la teoría subjetivista del gobierno del MAS que afirma que el país se encaminaría hacia el desarrollo de la denominada economía plural, es decir, al desarrollo armónico y complementario de formas de propiedad y de producción antagónicas( economía privada, estatal, social cooperativa y comunitaria)”. El avance de la “economía privada” de la quinua sobre la ganadería desarrollada en tierras colectivas confirma, para los autores, la imposibilidad de tal tipo de desarrollo.
Disparidades sociales
El estudio encontró que las diferencias de ingresos entre los distintos tipos de productores son significativas. Un gran productor que en 2011 alcanzó un ingreso neto de 2.3 millones de bolivianos por la producción de 1.950 quintales de quinua roja, tuvo un ingreso neto de 11 veces más que un mediano productor que tuvo un ingreso neto de 219 mil bolivianos por la producción de 208 quintales de quinua roja y 43 veces más que un pequeño productor que tuvo un ingreso neto de 54 mil bolivianos por la producción de 60 quintales de la misma variedad de quinua.
Por ello, en el documento se afirma que “No es evidente la idea de que todos y cada uno de los productores de quinua se están beneficiando por igual con el boom de precios de la quinua real en el mercado mundial. El menor o mayor ingreso neto depende del número de hectáreas que los productores puedan concentrar (por la vía del usufructo directo de la tierra o el arriendo de la misma), de los rendimientos y los niveles de producción que logren alcanzar, así como de las variedades de quinua que lleguen a producir”.
“Para algunos productores la producción de quinua implica la obtención de ganancias verdaderamente importantes que no sólo les permiten seguir acumulando en la actividad quinuera, sino también invertir en otras ramas de la economía. En el otro extremo, para la gran mayoría, la producción de quinua apenas significa un ingreso que es insuficiente para la reproducción de estas familias por lo que las mismas no han podido liberarse del trabajo asalariado dentro o fuera de las comunidades.”
Por tanto, en el cultivo de la quinua en el Altiplano sur, “mientras una minoría se enriquece, una buena parte se pauperiza, reflejándose, por tanto, en las comunidades de esta región, las tendencias inequívocamente inequitativas inherentes al capitalismo”, observan los investigadores.
BolPress
Esta investigación indaga acerca de las transformaciones sociales que se están operando en las comunidades de esta región como consecuencia de los cambios en las formas y relaciones de producción en el cultivo de la quinua. Se remarca que debido a que la quinua era fundamentalmente un cultivo para el autoconsumo localizado en las partes bajas de las laderas, su forma de producción no había sufrido cambios sustanciales en siglos. A partir de una cada vez mayor orientación de este cultivo al mercado y su localización en áreas planas o de pampa, se advierte un alto grado de mecanización de la producción y la introducción del trabajo asalariado.
En este sentido, dos fenómenos socioeconómicos son resaltados por este estudio: las comunidades del Altiplano sur ya no son más aquellas donde la producción de quinua destinada al autoconsumo era producida por campesinos con formas manuales y bajo el sistema comunal de mantos o aynoqas. Hoy, a partir de una apropiación individual indiscriminada de tierras comunales que antes se destinaban al pastoreo de ganado ovino y camélido, la mayor parte de la producción de quinua tiene un alto grado de mecanización y es realizada por obreros agrícolas contratados por pequeños, medianos y grandes productores capitalistas.
Este proceso, indica el documento, “hecha por la borda los planteamientos tan en boga en el país respecto a que la propiedad colectiva de la tierra, a pesar del predominio de la economía capitalista en Bolivia, sería el anillo de seguridad que impediría la mercantilización de la tierra y de la vida económica y social de quienes habitan en estas formas de propiedad de la tierra”.
Por otro lado, los autores de esta publicación, Enrique Ormachea y Nilton Ramirez, sostienen que “El desarrollo de la producción capitalista en el cultivo de la quinua en las tierras de propiedad colectiva del Altiplano sur, también hecha por la borda la teoría subjetivista del gobierno del MAS que afirma que el país se encaminaría hacia el desarrollo de la denominada economía plural, es decir, al desarrollo armónico y complementario de formas de propiedad y de producción antagónicas( economía privada, estatal, social cooperativa y comunitaria)”. El avance de la “economía privada” de la quinua sobre la ganadería desarrollada en tierras colectivas confirma, para los autores, la imposibilidad de tal tipo de desarrollo.
Disparidades sociales
El estudio encontró que las diferencias de ingresos entre los distintos tipos de productores son significativas. Un gran productor que en 2011 alcanzó un ingreso neto de 2.3 millones de bolivianos por la producción de 1.950 quintales de quinua roja, tuvo un ingreso neto de 11 veces más que un mediano productor que tuvo un ingreso neto de 219 mil bolivianos por la producción de 208 quintales de quinua roja y 43 veces más que un pequeño productor que tuvo un ingreso neto de 54 mil bolivianos por la producción de 60 quintales de la misma variedad de quinua.
Por ello, en el documento se afirma que “No es evidente la idea de que todos y cada uno de los productores de quinua se están beneficiando por igual con el boom de precios de la quinua real en el mercado mundial. El menor o mayor ingreso neto depende del número de hectáreas que los productores puedan concentrar (por la vía del usufructo directo de la tierra o el arriendo de la misma), de los rendimientos y los niveles de producción que logren alcanzar, así como de las variedades de quinua que lleguen a producir”.
“Para algunos productores la producción de quinua implica la obtención de ganancias verdaderamente importantes que no sólo les permiten seguir acumulando en la actividad quinuera, sino también invertir en otras ramas de la economía. En el otro extremo, para la gran mayoría, la producción de quinua apenas significa un ingreso que es insuficiente para la reproducción de estas familias por lo que las mismas no han podido liberarse del trabajo asalariado dentro o fuera de las comunidades.”
Por tanto, en el cultivo de la quinua en el Altiplano sur, “mientras una minoría se enriquece, una buena parte se pauperiza, reflejándose, por tanto, en las comunidades de esta región, las tendencias inequívocamente inequitativas inherentes al capitalismo”, observan los investigadores.
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Producción de quinua para la exportación crea una floreciente burguesía agraria en el Altiplano sur
Reviewed by Cheiru News
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jueves, agosto 29, 2013
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