¿Por qué no subvencionar la quinua?
Estudios
evidencian el impacto negativo tanto social como ambiental que
representa la forzosa modificación del sistema productivo de la quinua,
hacia un monocultivo agroindustrial, en las zonas ancestralmente
productoras, debido a la creciente demanda internacional. (1)
Así mismo y
pese a las voces de advertencia y el panorama real que demuestra que la
quinua ha pasado a ser un alimento que aportaba a la nutrición y el
Vivir Bien del pueblo, a un lujo alcanzable únicamente para ricos, son
posiciones oficiales, como la del Viceministro Vásquez (2)que hacen
saber que durante este proceso no se adoptarán mediadas realistas que
ayuden a que la población tenga acceso a uno de los alimentos más
nutritivos y saludables de producción local.
Así como
proponen representantes del Colegio de Agrónomos de Bolivia (3)la única
forma para que el alimento llegue a la población es mediante la
subvención del mismo. Ya que las familias en las cuales sí se encontraba
la quinua como principal alimento de la canasta familiar
-invisibilizadas en la declaración del Viceministro- adquirían el
producto a 2 bolivianos la libra (4)y servía para alimentar hasta a 10
comensales, con pisara, pesque o una sopa nutritiva. Hoy la realidad del
mercado demuestra que esa misma cantidad de producto tiene un costo de
entre 18 a 24 bs, de acuerdo a la marca, casi inalcanzable para el
pueblo que tiene que forzosamente reemplazar el alimento con productos
poco nutritivos y hasta atentatorios contra la salud.
Entonces
surge el cuestionamiento: ¿por qué en el tan aclamado año internacional
de la quinua no se puede subvencionar el producto para que seamos las y
los bolivianos los que nos beneficiemos también con el consumo del
nutritivo y saludable alimento?
¿Por qué Mujeres Sin Miedo Contra el Hambre?
Porque son
varios los años de lucha buscando reivindicar los derechos de las
mujeres que a cada instante se esfuerzan por alcanzar días mejores para
los suyos y tropiezan con diversas situaciones que dificultan su labor.
Porque el
carácter de las relaciones sociales imperantes en el país, que no
advierten modificación, continúa encumbrando élites de poder a costa de
una población empobrecida, a la cual sí le afecta el constante
incremento de los precios de los alimentos.
Porque la
realidad nacional demuestra cifras alarmantes de malnutrición, donde la
cuarta parte de la población (2.500.000 habitantes) se encuentra en
situación de hambre y desnutrición, mientras que, según el Ministerio de
Salud, uno de cada cuatro niños tiene sobrepeso y obesidad (el 25 por
ciento de la población infantil), esto debido a una alimentación
deficitaria en nutrientes a raíz de las condiciones económicas
familiares y los hábitos de consumo.
Porque
sabemos que las consecuencias de una niñez malnutrida son para toda la
vida, teniendo impacto directo sobre el estado de salud de nuestros(as)
niñas y niños, con repercusiones en el desarrollo intelectual. Los niños
mal nutridos tienen un escaso rendimiento escolar.
Porque
tenemos en cuenta que una madre mal nutrida no podrá transmitir al
niño(a) los elementos necesarios para un adecuado y normal desarrollo,
dando a luz bebés débiles. Porque sabemos el dolor que se siente al no
poder darle alimentos a un niño(a) que llora de hambre.
Porque
somos testigos de cómo el sistema agroexportador imperante se encarga de
desestructurar sistemas comunitarios y forzar a que lo mejor que
produce nuestra tierra, alimentos culturales y con identidad como la
quinua, se convierta en una mercancía alcanzable para gente rica en
países potenciados, a costa de la alimentación y el vivir bien de
nuestra gente.
Porque
tenemos en cuenta que el sistema global nos ha convertido en trigo y
azúcar dependientes. Dependemos más de productos del agronegocio. Porque
se sigue privilegiando la producción de coca, a costa de las áreas
productivas de alimentos (frutales).
Porque
sabemos que la verdadera riqueza de nuestra nación no son el gas, ni los
minerales, niel el oro, ni la plata, si no su gente… los hombres y
mujeres. Porque el país, su diversidad y los sistemas productivos
propios son capaces de alimentar a la población. Porque entendemos que
el auge económico por la venta de gas, minerales y comercio, no
significa que nos alimentemos mejor, ni cambiemos la realidad nacional.
Porque
sabemos y tenemos en cuenta que es el miedo el que no permite que
avancemos y seamos nosotras, desde nuestro hogar, barrio, comunidad o
ciudad, las que propongamos alternativas de cambio real. Porque creemos
que sólo unidas plantearemos propuestas colectivas integrales que
promuevan estructuras y sociedades más humanizadas y justas.
Porque
pretendemos hacer escuchar nuestra voz, parafraseando a Galeano “La
democracia tiene miedo a recordar, las armas tienen miedo a la falta de
guerra y los hombres tienen miedo a la Mujer Sin Miedo”, sabemos que el
sistema y el poderío económico en manos de unos cuantos le tienen miedo a
la gente consiente e informada.
Pues
entonces lucharemos, teniendo como arma la información, el análisis y la
propuesta, para que el sistema hegemónico imperante en el país,
causante de hambre y malnutrición, tenga miedo a las mujeres luchadoras y
aguerridas del día a día…a las Mujeres sin Miedo...
Notas:
1. http://www.pieb.com.bo/sipieb_notas.php?idn=7831
2.http://lapatriaenlinea.com/?t=viceministro-desestima-subvencion-a-produccion-y-consumo-de-quinua¬a=159821
3. http://www.elsol.com.bo/index.php?cat=1&pla=3&id_articulo=75054
4. http://ver.bo/index.php/modules-menu/item/5462-la-quinua-ha-pasado-de-ser-alimento-para-pobres-a-un-lujo-para-ricos
¿Por qué no subvencionar la quinua?
Reviewed by Cheiru News
on
miércoles, noviembre 27, 2013
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