Quinua buena para nosotros y para el planeta
Este verdadero sobreviviente climático también protege el eco-sistema. Cuáles son los desafíos a enfrentar para impulsar su desarrollo sostenido.
La quinua, la planta inca que ha resultado ser un súperalimento, es atractiva para todos, desde los atletas a los celíacos e incluso para algunos miembros de la comunidad judía (parece ser que es un sabroso sustituto de los leudantes no permitidos durante la Pascua judía).
La quinua no sólo es buena para nosotros. Es también buena para el ambiente. Es eco-amigable. Los historiadores nos cuentan que ha sido cultivada, de un modo u otro, por casi 7.000 años en el Altiplano con un impacto ambiental muy bajo, protegiendo el ecosistema y contribuyendo a la biodiversidad.
Mucho de esto se debe a su resistencia. Crece con facilidad en
condiciones difíciles. Soporta la sequía. Es resistente a la salinidad.
Se desarrolla en las tierras tanto altas como bajas, demostrando una
versatilidad extraordinaria. Con sólo pensar en su paisaje natural
original, la cordillera de los Andes que recorre Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia y el noroeste de Argentina, lo dicho resulta obvio.
La quinua es un verdadero sobreviviente climático. Un cultivo inteligente.
En
los Andes la producción continúa siendo de tipo familiar y mayormente
orgánica. De tal modo, no es simplemente un integrante ideal del club de
la comida sana: puro grano, libre de gluten y orgánico. Es también
atractivo para otra corriente de nuestro mundo cambiante: el comercio
justo para los nuevos súper alimentos.
La cuestión es cómo
ayudar a esos pequeños productores a desarrollar el mercado sin dejar de
respetar las prácticas indígenas que ellos representan. Al menos
130.000 pequeños productores de quinua en Sudamérica pueden resultar
beneficiados por las crecientes ventas y los mayores precios de sus
cultivos. Con un valor de mercado cinco veces superior al precio de los
brotes de soja en Europa y en EEUU, las familias de los pequeños
agricultores deberían resultar beneficiados por esos mayores ingresos.
Sin embargo ¿cuál es la mejor manera de alentarlos a preservar su herencia y su invalorable ambiente? Los riesgos son obvios.
En
primer lugar una pérdida potencial de la biodiversidad, en tanto los
productores sólo usan un limitado número de variedades de quinua,
focalizando su atención en aquellas con mayor demanda en el mercado. En
segundo término, la pérdida de la tecnología tradicional y del
conocimiento local, en la medida en que el hombre es reemplazado por la
máquina y el agricultor indígena por el productor externo. Sin olvidar
la cuestión del monocultivo, privando a la tierra cada vez más y más de
períodos de descanso como consecuencia de la búsqueda por parte de las
comunidades de obtener más dinero por sus cultivos.
Nuestra
esperanza es que las Naciones Unidas, habiendo declarado 2013 como el
Año Internacional de la Quinua, puedan contribuir, mediante programas
sólidos que ayuden a los agricultores, a incrementar la atención acerca
de la necesidad de más prácticas de cultivo sostenibles y a persuadir a
los gobiernos a poner en práctica políticas que promuevan la
conservación sostenible.
Nuestra Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) liderará esta
campaña, promoviendo la acción para propulsar el desarrollo sostenible
en concordancia con su programa de intensificación sostenible de la
producción agrícola.
Porque el objetivo es claro. La quinua puede ser buena para Ud. y para nuestro planeta.
David Smith es Director del Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay.
El Clarín
Quinua buena para nosotros y para el planeta
Reviewed by Cheiru News
on
miércoles, julio 10, 2013
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