Bolivia de espaldas a la quinua

Hace unos días, el ministro de Desarrollo Rural ha informado que Bolivia ha perdido  mercado para la exportación de quinua debido a que otros países se dedican a su cultivo, ante lo cual planteó industrializar el grano para dar una alternativa a los productores.

Los datos dados por esa autoridad, con todo lo preocupantes que son, no tienen nada de novedoso. Desde hace ya por lo menos tres años que se viene advirtiendo sobre la inminente posibilidad de que la quinua boliviana deje de ocupar el lugar principal que hasta hace algunos años ostentaba en el mercado internacional de alimentos, tendencia que lejos de haber sido revertida no ha hecho más que acelerarse durante los últimos meses.

Los factores que han hecho posible tan penosa situación son muchos, pero entre ellos se destaca la mayor eficiencia y competitividad con que los demás países afrontaron el reto de producir quinua con la calidad y los volúmenes que demandan los mercados del mundo. Perú lo hizo con tanto éxito que muy fácilmente Perú arrebató a Bolivia el liderazgo y en poco tiempo pasó a encabezar tanto la lista de los países productores como el de los exportadores.

Similar rumbo tomaron otros países andinos, como Argentina, Chile, Colombia y Ecuador, que hoy compiten ventajosamente con la quinua boliviana. Más aún, se sabe que la quinua ha sido exitosamente adoptada en campos de Europa, donde crece en Francia, Gran Bretaña, Italia, Suecia, Dinamarca y Holanda. Y lo mismo ocurre en Estados Unidos y Canadá. A ellos se ha sumado China, India e Israel.

Ante tal panorama, resultan demasiado tardíos los lamentos del ministro de Desarrollo Rural e insuficientes sus propuestas para recuperar el terreno perdido.

Lo lamentable es que la pérdida del mercado de la quinua deja a cientos de familias del altiplano potosino sumidas en la pobreza ya que habían apostado por la producción y venta del grano que llegó a tener un alto precio en pasados años.

La gente del área rural sembró sus tierras con el grano de oro y durante algún tiempo vieron como florecían sus ganancias, ante lo cual buscaron nuevos espacios para la siembra llegando incluso a enfrentarse con sus vecinos por el control de los sitios de producción.

De la noche a la mañana mejoraron sus condiciones de vida llegando a comprar equipo pesado para la habilitación, siembra y recolección del grano pero de la noche a la mañana el precio cayó y la gente se vio de nuevo en la nada.

Hoy los productores de quinua de ayer señalan que están migrando a otras regiones del país o al exterior debido a la falta de alternativas económicas para seguir viviendo en su lugar de origen.

Las comunidades que antes florecían con la quinua se ven abandonadas y sumidas en la pobreza ya que carecen de productos alternativos que puedan exportar y mantener su economía como en el pasado.

Las políticas de industrialización del grano no llegan a las comunidades y poco a poco el grano andino es un recuerdo para quienes en el pasado lograban elevadas ventas a diferentes países.

La gente de Coroma está entre la que se quedó sin la posibilidad de seguir creciendo gracias a la exportación de la quinua, los proyectos que impulsaban están avanzando pero se cerró el mercado para el grano porque otros, como los peruanos, inundaron el mercado.

El Potosí: http://elpotosi.net/opinion/20170619_bolivia-de-espaldas-a-la-quinua.html